El Concilio Misionero Femenil ha logrado ayudar a pastores y sus familias, así como brindar otros recursos; contribuir económicamente con Radio Verdad, con las Misiones Globales, con el Fondo de Protección Ministerial, con los proyectos de Cupinco, entre otros.
En las minutas de la Conferencia número veintiséis celebrada en Santa Ana del 14 al 19 de febrero del año mil novecientos cincuenta y cinco, hermano Pablo Finkenbinder dio lectura a la Constitución del Concilio Misionero Femenil, la cual se discutió punto por punto y finalmente se aprobó. Aquí nació el DEPARTAMENTO NACIONAL DEL CONCILIO MISIONERO FEMENIL, cuya fundadora fue la misionera Malinda de Finkenbinder, quien se desempeñó como la primera presidenta. En los primeros años contó con el apoyo de otras dos misioneras, las recordadas hermanas Loyda de Stewart (con el Señor) y Juanita de Lindvall (con el Señor).
Desde sus inicios el Concilio Misionero Femenil ha sido el fuerte apoyo a los proyectos de la Corporación, lo cual se ha caracterizado por ayudar financieramente a la construcción del Tabernáculo en San Salvador, adquirir propiedades para nuevas obras, ayudar al Instituto Bíblico Betel.
Su amplio ministerio ha logrado ayudar a pastores necesitados llevándoles ropa, calzado, víveres y otros recursos; contribuir económicamente con Radio Verdad, con las Misiones Globales, con el Fondo de Protección Ministerial, con los proyectos de Cupinco, entre otros.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 1 Corintios 15:58
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